Maside, Carlos
Carlos Maside García (Pontecesures, Pontevedra, 1897-Santiago de Compostela, 1958). En Pontecesures su vida giraba en torno a una tienda familar de encajes de Camariñas, un mundo textil que reflejará en su obra. En 1912, la familia Maside se instala en Santiago tras la muerte del padre, quedando Carlos como trabajador en un almacén de tejidos en Vilagarcía de Arousa. En 1915 viaja a Madrid y entra en contacto con Federico Ribas, quien le acercará al mundo de la ilustración y del dibujo publicitario.
A principios de la década de los veinte vive entre Santiago y Vigo. En 1925 inicia la colaboración en El Pueblo Gallego de Vigo con Rafael Dieste y Manuel Antonio, iniciando la etapa más fructífera en común. En 1926 la Diputación de Pontevedra le concede una beca de estudios en París. Esta experiencia parisina supone el conocimiento de las vanguardias europeas, el fauvismo el expresionismo, cubismo o surrealismo, que influirán en su pintura. Antes de finalizar la década aparecen las primeras obras de la vanguardia gallega. Maside confecciona viñetas y estampas para publicar en la prensa y es un joven exponente de la generación denominada Os Novos. Mantiene también una relación estrecha con Castelao y otros miembros de la Generación Nós, como Otero Pedrayo.
En 1933 se convierte en profesor de un instituto en Vigo pero con el estallido de la guerra comienza el denominado exilio interior de Maside y queda recluido en su vivienda en Santiago, su estudio definitivo. Comienza entonces el intercambio de correspondencia con Seoane al que enviaba dibujos para su publicación en Galicia Emigrante. En 1950 se crea la editorial Galaxia de la que es nombrado director artístico. Desde un primer momento, Maside buscaba fórmulas que pudieran introducir las corrientes estéticas contemporáneas en el arte gallego sin que en los resultados se perdiese la identidad galaica. Surgen así las estampas realizadas a tinta china y aguada bajo el influjo del Art Decó, mientras que en su aportación a las artes gráficas, se decide a sacar el máximo partido expresivo de la imitación de los efectos de la xilografía popular, con su violento contraste blanco-negro y la angulosidad quebrada de sus contornos, siguiendo las pautas del expresionismo alemán. A esta línea habrá que ligar sus primeros óleos.
Maside tendrá como referente a los canteros y al paisaje gallego para lo que enfatiza las formas, redondeándolas y monumentalizándolas en paisajes, mujeres trabajando, puertos, etc. Utiliza una paleta de tierras y de tonos apagados y gusta de la rugosidad de la materia a imitación del granito, sentido éste como ingrediente consubstancial al arte galaico. Después de su estancia en París, el influjo de los pintores postimpresionistas franceses hace que el artista empieze a renunciar al volumen conseguido con medios plásticos para pasar a una valoración de los pictóricos, terminando por crear una realidad que existe a un nivel puramente estético. Progresivamente la figuración se esencializa más, dando lugar a que las formas, que antes eran curvas, evolucionen hacia la geometrización y que el color sea empleado casi puro.
