Pérez Villaamil, Jenaro
Jenaro Pérez Villaamil y Duguet (Ferrol, 1807 - Madrid, 1854). En su infancia, a los cinco años, ingresó como cadete en el Colegio Militar de Santiago de Compostela, donde su padre, Manuel Pérez Villaamil, ejercía de profesor de Topografía, Fortificación y Dibujo. Entre 1819 y 1821 se trasladó a Madrid con su familia donde hizo estudios literarios. En 1823, ante la invasión pro absolutista francesa se incorporó al ejército del gobierno liberal, cayó herido y fue enviado como detenido a Cádiz. En esta ciudad comenzó a asistir a las clases de la Academia de Bellas Artes como discípulo de José García. Ya liberado, tras abandonar la carrera militar, permaneció en Cádiz hasta 1830. En esta época realiza algunos óleos en los que se percibe la influencia prerromántica. Son, pues, momentos, en los que el artista intentaba alejarse de los convencionalismos clasicistas que definían el paisajismo dieciochesco, alcanzando, con sus dotes de colorista y su habilidad compositiva, cierta fama como pintor. Así, en 1830 fue solicitado desde Puerto Rico para realizar las decoraciones del Teatro San Juan que después se llamará Teatro Tapia.
Villaamil regresa a España en 1832 y se establece en Madrid aunque volverá a Andalucia, en Sevilla coincide con el pintor e ilustrador escocés David Roberts y Villaamil no oculta su atracción por sus monumentales escenarios que a veces derivaban hacia lo fantástico, y tras su contacto con el escocés, la paleta de Villaamil gana en fluidez y se enriquece con nuevas tonalidades, adoptando el estilo que va a definir el resto de su carrera y que pronto le convirtió en la principal figura del paisaje romántico español . En 1834 se establece en Madrid, es una época en la que se relaciona con intelectuales como Pastor Díaz, Espronceda, José Zorrilla y con pintores como Esquivel o José Gutiérrez de la Vega. Desde Madrid relizó a menudo salidas en las que recogiendo en sus dibujos apuntes de arquitecturas y paisajes. Es además, el momento en que, tras la aparición de los Bocetos pintorescos de España, de David Roberts, nace en Villamil la idea de publicar una obra similar, la España Artística y Monumental. Una muestra de la asimilación por Villaamil de las maneras de David Roberts, es que, en sus viajes por la geografía española una vez tomados del natural los apuntes, después en su estudio introduce variaciones orográficas o arquitectónicas a fin de que el tema interesara y emocionara al espectador.
A finales de 1840 viajó hacia París, donde contactaría con María Cristina y otros españoles exiliados tras la subida al poder de Espartero. Pasa luego a Bélgica y no deja de vigilar en París el desarrollo de su obra editorial y así en 1842 tiene lugar la publicación del primer tomo de su España Artística y Monumental, una de las más bellas obras ilustradas del romanticismo español, pues los dos siguientes aparecerán en 1844 y 1850.
Terminada su estancia parisina, se establece a continuación en Bruselas y visita otras ciudades belgas, como Lieja. A continuación recorre Holanda, vuelve a París y regresa a España en 1844, recorriendo el País Vasco, Navarra y Aragón. en 1845 alcanza el grado de teniente director de la Academia de San Fernando y es designado primer profesor de la recién creada Cátedra de Paisaje. En esta época realiza lienzos de temática oriental, que mostraban su gusto por lo exótico y por las civilizaciones pasadas, en especial las visiones de la historia medieval. En 1846 viaja de nuevo a París y vuelve a continuación a España e inicia un viaje artístico a Asturias, pasando por Valladolid y León. Entre los años 1848 y 1952 realiza numerosos viajes artísticos: varios por el norte de la Península y por Valencia y Andalucía. Durante el verano de 1849 recorre las provincias de A Coruña y Pontevedra y volverá a Galicia en tres años sucesivos. Tras un último recorrido por el País Vasco fallece en Madrid en 1854.
En cuanto a su relación con Galicia, hay que destacar su apoyo a la fundación de la Real Academa de Bellas Artes en A Coruña, así como su pertenencia al comité destinado a inventariar la riqueza artística y arqueológica de Galicia.
