Bodegón

Conocedora de las corrientes artísticas del momento, en los años sesenta y principios de los setenta, María Victoria de la Fuente toma del informalismo y del expresionismo elementos pictóricos que va a hacer suyos, como se puede apreciar en este bodegón en el que concede un valor primordial a las calidades de los objetos. Contrasta la concentrada oscuridad de la que parecen emerger los objetos con la luz crepuscular que se adivina por la ventana y los baña, destacando la luminosidad del mantel del primer plano de una intensa fuerza expresiva gracias al empaste blanco.