Retrato de Señora

Retrato de dama realizado al aire libre y de cuerpo entero. Casimiro Sainz conjuga en esta obra dos aspectos que persisten en su arte, el tratamiento del paisaje, con acentuadas evanescencias y filtraciones de luz diáfana que le aportan un aire de modernidad a la vez que le alejan de preceptos tardorrománticos. Y, deja impresa en el lienzo la captación de un instante, circunstancia que contribuye a infundir en la figura una mayor naturalidad.

Dentro del ámbito de la cultura burguesa que se está desarrollando a lo largo del siglo XIX, la práctica del deporte es considerada como un elemento de promoción más de un estatus de distinción, modernidad y buena salud. La equitación, aunque un deporte antiguo y de minorías aristocráticas, en este momento se promociona en los manuales de urbanidad describiendo incluso la indumentaria a usar. Su práctica conlleva sustituir el corsé y aparatoso polisón por un traje de amazona como el que viste la retratada, compuesto por prendas más confortables como la chaqueta, camisa, falda larga y el sombrero de copa. Al Igual que la indumentaria para bicicleta (pantalón bombacho) van a suponer un incipiente avance en la liberación de la figura femenina hacia tendencias más cómodas y que dan libertad, concepto este que entronca con el debate cultural sobre el papel de la mujer en la sociedad de aquel momento.