Floreros ante un espejo
Ficha técnica
Procede de las incautaciones realizadas durante la Guerra Civil (1936--1939). El 15 del 10 de 1941 se entrega al Museo de Bellas Artes, según consta en un recibo de la Comisaría General del Patrimonio Artístico. Por O.M. 19-12-1941 ingresa en el Museo en calidad de Depósito. El 21-04-1942 se deposita para su custodia temporal en el Ayuntamiento de La Coruña. El 16 de agosto de 1946 tiene lugar la entrega de la obra por parte del Ayuntamiento al Museo Provincial de Bellas Artes. Por medio del Decreto 10 de octubre de 1963 Nº 2527/63 la obra se declara propiedad del Estado.
EXPOSICIONES:
Año 1935: Floreros y bodegones de la pintura española, Sociedad Española de Amigos del Arte, Madrid.(dato en, Cat. Exposición Colecc. Banco Hispano Americano, Madrid, 1990, p. 50.)
Año 1975: El Siglo de Oro español. Petit Palais, París, Ministerio de AA.EE. y de Educación y Ciencia, 15 de Octubre al 31 de Diciembre.
Año 1976: The Golden Age of Spanish painting. Royal Academy of Arts, Londres, Ministerio de AA.EE y de Educación y Ciencia, 10 de Enero al 14 de Marzo.
Año 1976: La peinture espagnole du siècle dór. De Greco a Velázquez. Petit Palais, París, 22 de Marzo al 20 de Junio. Cat. nº 3.
Año 1976: Spanish master in Stockholm. Cat. Exposición, p. 212.
Año 1978: Don Antonio de Pereda y la pintura madrileña de su tiempo. Dirección General de Patrimonio Artístico, Sala de Exposiciones del Palacio de Bibliotecas y Museos. Noviembre-Diciembre.
Año 1981: 400 años de pintura española, Museo de Bellas Artes, Caracas, Dirección General de BB.AA, Febrero-Abril.
Año 1983: Pintura española de bodegones y floreros de 1600 a Goya, Dirección General de BB. AA, Salas de Eposiciones del Palacio de Bibliotecas y Museos, 20 de Octubre al 23 de Diciembre.
Año 1984: El Hilo de Ariadna, Palau Moja, Barcelona, mayo-junio
Año 1985: Pintura española del Siglo de Oro, Seibum Museum, Tokio, septiembre-octubre 1985, y Osaka (Japón), octubre-noviembre 1985
Año 1987: Colección Grupo Banco Hispano Americano. Renacimeirnto y Barroco, Museo de Santa Cruz, Toledo, 9 abril-31 mayo
Año 1992: Bodegones españoles. Museo Nacional de Arte Occidental de Tokyo, 10 Febrero-Mayo. Itinera al Museo de Arte de Nagoya (Japón). Centro N. de Exposiciones, Ministerio de Cultura. Cat. nº 36.
Año 1998: Juan de Arellano: 1614-1676. Fundación Caja Madrid, Sala de las Alhajas de la Fundación Caja Madrid, 5 mayo-28 junio. Cat. pp.150, 151.
Escena con dos floreros colocados en dos planos escalonados. En primer término un jarrón de porcelana y bronce con flores situado sobre una repisa pétrea decorada con cartelas carnosas. Al fondo y elevado sobre un pedestal aparece otro florero en un cestillo de mimbre que se refleja en un espejo situado en el lado izquierdo del lienzo. La pintura de flores alcanza una destacable presencia en la pintura española, especialmente a partir de los años centrales del siglo XVII, y Juan de Arellano fue el pintor más destacado en este género. Desde el punto de vista compositivo, el uso del espejo y la disposición escalonada de los dos jarrones la convierten en una de las obras más complejas de su autor, habituado a representar un único ramo simétricamente dispuesto en el centro. Se señala en esta obra una posible significación alegórica por la presencia del espejo en el que se reflejan las flores que, en su mayoría abiertas y a punto de deshojarse, le confieren a la obra un sentido de caducidad e incitan a la reflexión sobre la fragilidad de la belleza. El mensaje moralizante aludiría a la brevedad de su duración como símbolo de la brevedad de la vida humana, englobándose así en una categoría particular de representaciones pictóricas denominadas vanitas, en referencia al pasaje bíblico del Eclesiastés: Vanitas vanitatum omnia vanitas (Vanidad de vanidades, todo es vanidad).
La aparición de las flores como un tema autónomo de la pintura se produjo a finales del siglo XVI, desarrollándose plenamente en las dos centurias siguientes. El protagonismo que las plantas ornamentales adquieren en este tipo de pinturas está unido al creciente interés por el saber botánico que se experimentó en toda Europa en el siglo XVI, favorecido por la importación de flores exóticas del Oriente Próximo, Asia y América. Estas nuevas flores empiezan a considerarse objetos preciosos y se cotizan a altos precios. La circulación de las estampas botánicas contribuyó a que los artistas pudieran incluir en sus obras nuevas variedades de plantas e insectos. Más allá de las variaciones formales que desarrollaron las distintas escuelas pictóricas europeas, la corrección botánica y el virtuosismo técnico caracterizaron durante siglos las mejores composiciones de flores.