
Itinerario sobre los oficios
Historia - Artesanía - Trabajo - Mujer - Cuidados - Industrialización
Gracias a los cuadros costumbristas conocemos los distintos oficios al largo de la historia. Arrieros, obreros, mariscadoras, labradores y labradoras... escenas cotidianas que nos muestran distintas labores y oficios, algunos de ellos en desuso o en proceso de desaparición.
Además, el trabajo puede llegar a ser una señal de identidad de una persona, por lo que la información que aportan los retratos sobre la profesión a la que se dedica el retratado y como nosotros lo percibimos hoy es fundamental para comprender la importancia del mundo laboral al largo de la historia.
En la propia colección del museo podremos descubrir obras de distintos períodos y estilos centrándonos en las profesiones que aparecen representadas. Así, este itinerario nos permitirá viajar desde el siglo XVII al XXI a través de los oficios, descubriendo aquellos que desaparecieron y los que pervivieron en el tiempo.
En Los jugadores de cartas vemos como los objetos caracterizaron los oficios al largo de la historia, fijándonos en este caso en los mosquetes, armas que definían un tipo de soldados, los mosqueteros.
Durante gran parte de la historia, el trabajo que ibas a realizar durante toda tu vida venía definido por la familia en la que nacías, realidad que afectó tanto a los gobernantes como a las clases populares. Es interesante hacer esta reflexión ante el Retrato de Mariana de Austria, reina consorte desde los 15 años.
Es interesante contraponer este oficio con el de alcalde, como el caso de Vicente Alsina, pues que siendo elegido democráticamente por los ciudadanos, normalmente no desempeña una persona que estudió para él.
En el museo también encontramos trabajos que quedaron obsoletos debido a los avances tecnológicos, como es el caso de los arrieros, hombres que viajaban transportando mercancías nos sus carros. Joaquín Sorolla representó en su Bueyero castellano a un arriero transportando harina, boceto de la obra que posteriormente sería La fiesta de él pan.
Hablar del ámbito laboral nos lleva a reflexionar sobre las desigualdades a lo largo de la historia y que condicionaron, desde el nacimiento, que trabajos eran más adecuados para cada persona en función de su raza, sexo, condición social o diversidad funcional. En ejemplo de esto es O vello da zanfona.
En un museo es imprescindible reflexionar sobre este tema desde el propio oficio de artista, al que históricamente fue más fácil acceder para los hombres que para las mujeres. Julia Minguillón fue una figura destacada por conseguir hacer de la pintura su oficio y ser la primera mujer en ganar el Premio del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1948 que su obra Juventud.
Las vanguardias también se interesaron por representar los oficios más característicos de cada lugar, como es el caso de las Mariscadoras de Luis Seoane o La tienda de Carlos Maside, que nos hablan de la dureza de la realidad de las mujeres gallegas de no hace tantos años.